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Reflexiones sobre el concepto de tolerancia

6 noviembre 2010

«Me gusta que haya cosas que no me gusten»

 

Una hora de vídeo en la que Fernando Savater habla sobre el concepto de tolerancia:

 

 

SOBRE EL CONCEPTO DE CIVLIZACIÓN: Yo propuse este tema porque siempre me ha parecido absurdo hablar de la Alianza o del choque de civilizaciones. Si bien es verdad que las palabras significan lo que a uno le da la gana (se habla, por ejemplo, de la filosofía de ventas del corte inglés, por ejemplo; o la cultura de los graffiti), técnicamente, de civilización no hay más que una. La civilización es el conjunto de soluciones técnicas pragmáticas a las que acuden los humanos para resolver una serie de problemas que afectan al ser humano.

En las épocas en las que no estaban conectadas todas las civilizaciones del mundo, es verdad que en América había una civilización y en Europa otra y hasta que no hubo el viaje de los europeos a América no se juntaron. Pero hoy no hay más que una civilización, a la que acuden personas de culturas y creencias muy distintas.

No hay nadie que piense que es mejor hacer la danza de la lluvia para curarse un cólico nefrítico. Las culturas pueden ser distintas, pero la civilización es común. Si cualquiera de nosotros se pierde por la jungla, y de pronto encuentra un poste totémico en medio de la jungla con una calavera, es difícil que lo vea y diga: he llegado a la civilización. En todo caso, dirá que he treen una cultura. Pero si llegamos a una gasolinera, dirá: he llegado a la civilización. Porque eso es lo que todos consideramos que es la civilización. La gasolinera es señal inequívoca de que ahí hay civilización, de que empieza a haber un tipo de relación humana que todos entendemos, la del comercio, la de la técnica, etc. Lo otro es una cultura que puede ser muy exótica, pero que no todos tenemos que compartir.

Entonces, yo creo que no hay ningún choque de civilizaciones porque la civilización no está basada en la religión. La idea de que las religiones se representan en las civilizaciones a mi me parece que es absurdo. Si yo no me siento representado por Rouco Varela en el mundo, no entiendo por qué un señor que haya nacido en Arabia Saudita tiene obligación de sentirse representado por el mulá de turno.

Más que una cuestión de civilizaciones o cultura, el problema que hay es un sentido de democracia y por tanto de laicismo y de una vida en la que caben la libertad de conciencia y las diferentes actitudes religiosas y no religiosas; y unos sistemas políticos centrados en una legitimación de tipo religioso. En otros lugares del mundo, lalegitimación religiosa solo la tienen unos cuantos, pero la mayoría puede atenerse a otro tipo de vertebración social. La vertebración siempre es difícil, porque es más satisfactorio decir que un orden político se basa en la voluntad de Dios que en la voluntad de los hombres. La voluntad de los hombres la conocemos desde dentro y por tanto desconfiamos de ella; sabemos que se basa en intereses, prejuicios, ignorancia. La voluntad de Dios por definición es misteriosa e inapelable y tiene al menos esa tranquilidad de que no se puede discutir. Todo lo que ha sido establecido por los humanos se puede discutir y por tanto da lugar a querellas y hostilidades; lo que está establecido por Dios tiene la ventaja de que allí no se puede discutir y por lo menos todo el mundo está de acuerdo.

LA TOLERANCIA: Sobre la tolerancia, hay un tipo de tolerancia que está inscrita en la democracia. Solo tiene sentido hablar de tolerancia si se refiere a cosas que a uno no le gustan. Se es tolerante con aquello que no nos gusta, pero que se aceptan en nombre de la libertad Me gusta que haya cosas que no me gusten y no comparto. El hecho de que haya cosas que uno no comparte configura la propia personalidad. Es por otro lado un tipo de tolerancia que no crea problemas.

La intolerancia es, según el Diccionario de sociología de David Miller, “determinación de no prohibir, no obstaculizar, o no prohibir en una conducta se desaprueba cuando se tiene el poder para ello”. La tolerancia supone, por tanto, desaprobar y tener el poder de impedir. Si no se tiene el poder, no tiene mérito ser tolerante.

Hay un límite en la tolerancia que tampoco crea problemas. No se toleran aquellas cosas que implican la violación de las leyes. Estamos en desacuerdo con prácticas religiosas como la ablación de clítoris que implican agresión, mutilación, etc. a las personas. No digamos ya con la amenazas de muerte como las que ha sufrido el profesor Redeker. No debería presentar un problema teórico entre nosotros que hay que ser intolerante con esta clase de actos.

Uno de los ensayos más interesantes y completos sobre el tema de la tolerancia es el libro Difícil tolerancia, de Yves Charles Zarka (un filósofo francés). Entre otras cosas, hay algún trozo que puede resumir lo que estábamos diciendo. Hay concepciones del bien compatibles con la estructura de base de una democracia y otras que no lo son. De hecho, en nuestra propia cultura hay muchas cosas que no son respetables. Ahora estamos persiguiendo por vía penal y jurídica prácticas como el machismo que están acrisoladísimas en nuestra cultura. No pedimos que se respete eso, aunque forme parte de nuestra cultura. Nosotros ya hemos purgado ciertos atavismos antidemocráticos de nuestra cultura, y sería contradictorio que lo aceptáramos y veneráramos de otras culturas.

Hay concepciones del bien y culturas compatibles con la estructura de base de una sociedad democrática y otras que no lo son. La neutralidad del estado no significa su indiferencia respecto de unas y otras, sino la exigencia ante cualquier visión del mundo filosófica o religiosa de que respete los valores fundamentales de libertad, autonomía, igualdad.

Por un lado hay la tolerancia respecto a lo que no nos gusta pero que admite como parte de la pluralidad y riqueza de la vida; hay otras cosas que como van en contra de lasleyes y los derechos humanos. Aquello que implica discriminación o agresión, no puede ser tolerado.

LA RELIGIÓN COMO SÍMBOLO: Una cosa es la religión en cuanto visión simbólica del mundo, en cuanto trata de encontrar un sentido a la vida, una especie de perspectiva de interpretación simbólica del mundo, del mismo modo que hace la poesía o la literatura. Les recomiendo al filósofo George Santaya, que establece el nivel aceptable e interesante de la religión, que es el nivel de una visión del mundo poética. Hay símbolos religiosos que son útiles para comprender el significado de la vida. Una cosa es la explicación de la vida y otra es el significado. El científico que pretende que su explicación evolutiva o neurológica que explica el mundo, es lo mismo que la persona que ante un cuadro de Rembrandt se empeñara en explicarnos que la tela está compuesta por determinadas sustancias, y unos pigmentos… Eso está muy bien, pero la interpretación del cuadro y su significado es otra cosa. Esa interpretación no es científica, y da un sentido.

El error fundamental de los que creen que la filosofía puede ser sustituida por la ciencia es que no entienden que en la vida humana hay cosas que se basan en el experimento y otras en la experiencia. Y no es lo mismo el experimento que la experiencia.

Hay usos de la religión que son lícitos e interesantes. Una persona interesada en cómo los humanos habitamos en la tierra, puede obtener ficciones muy interesantes de los textos religiosos. Santayana afirma: “la religión y la poesía son idénticas en esencia y solo difieren en el modo en que se relacionan con los asuntos prácticos. Se llama religión a la poesía cuando interviene en la vida y la religión cuando simplemente sobreviene en la vida no puede ser otra cosa que poesía. “Es decir, la religión es la poesía en la que uno cree y la poesía es la religión que simplemente se disfruta. “La excedencia de la religión se debe a una idealización de la experiencia que aunque ennoblece la religión cuando se la trata como poesía la convierte en falsa cuando se la trata como ciencia. Su función consiste más bien en extraer de los materiales de la realidad una imagen de ese ideal al que la realidad debería conformarse y por anticipado hacernos ciudadanos de aquel mundo anhelamos”.

LA RELIGIÓN COMO EXPLICACIÓN CIENTÍFICA: Hay en la religión algo que es profundamente cierto cuando se pone en el nivel simbólico, pero que es falso cuando se pretende explicación científica de la realidad, cuando pretende explicar fácticamente lo que esta pasando. Es fáctico y crea un problema porque esas explicaciones se dan como verdaderas en el mismo sentido en que se considera verdadera las afirmaciones científicas. Son explicaciones que se presentan como alternativas a la ciencia. La religión se presenta como una forma de cubrir las lagunas de la ciencia.

Si la religión es falsa cuando hablamos de hechos, lo decimos en el sentido de que no se puede aceptar como explicación una teoría que no puede ser desmentida por ninguna circunstancia real. No hay nada en el mundo que no pueda ser explicado por la religión, por eso la religión es falsa como explicación de los hechos. Popper nos enseñó que mientras no se puedan dar razones convincentes del todo para una demostración, sí se pueden dar razones para decir que una teoría no es científica y es que nada la desmiente. Cuando una teoría lo explica todo por igual, cuando una teoría no se puede desmentir, entonces no es una teoría científica. La lucha de los que pretenden negar la existencia de Dios (como el dolor de los niños), es inútil porque los religiosos tomarán esosargumentos como una prueba más. No hay modo alguno de encontrar un suceso que pueda falsar una teoría religiosa. Lo mismo ocurre con el Quijote. No se puede desmentir a Cervantes y no se puede desmentir a la Biblia porque no se encuentran en el plano de verificar la realidad.

En el momento que se presentan como una alternativa de explicación de la realidad, ya no es creíble porque actúan en un terreno que no es el suyo emplean su invulnerabilidad para presentarse como certeza.

Con esto tenemos que convivir. Sam Harris en The end of faith, afirma que el problema es que en cuestiones de conocimiento no hay libertad de conciencia. No hay libertad de conciencia en física nuclear o en biología molecular. “Toda religión predica la verdad de proposiciones para la que ninguna evidencia probatoria es ni siquiera concebible”. Las religiones proponen hechos para las que es inimaginable imaginar una refutación. No hay experimentos que puedan verificar que el mundo ha sido creado en seis días. El problema es que estas creencias están ligadas a la acción. En todas las religiones incluso tomadas como símbolos puede haber cosas repugnantes. Hay mentalidades sacrificiales y punitivas que encuentro repugnantes. La misma repugnancia que me puede despertar el Marques de Sade.

Estas religiones se pueden tolerar, pero asumiendo que se toleran como se tolera a Marques de Sade, no como guías de la vida, sino como formas de la sensibilidad humana que me interesa conocer. Pero no quiero que Sade se convierta en educador sexual de la juventud. “Dado el vínculo que existe entre creencia y acción, está claro que no podemos ser más tolerantes con la diversidad de creencias religiosas que con una diversidad de creencias acerca de epidemiología o de higiene básica”. Las creencias religiosas son activas. Creemos para hacer, para vivir de un modo determinado.¿Por qué vamos a ser tolerantes con ideas que en ciertos casos pueden llevar a prácticas aberrantes, a educar a los niños en la falsedad?

PRUEBAS Y HECHOS: Yo como educador, no acepto que dé igual lo que se enseña a los niños. Sin embargo, este planteamiento parezca intolerante. El hecho de que no toleras que a los niños se les cuente cosas falsas. Este es un problema moral. En el libro ¿Es acaso posible no creer? se afirma que parece que cuando un ateo (aunque no me gusta esta palabra porque pertenece al mundo religioso; yo no tengo por qué ser ateo igual que no soy antimarciano. La idea de que tenga que ser antimarcianista o marcianista es una suposición impositiva. Yo soy racionalista, por lo que no tengo creencias religiosas, pero eso no significa que tenga que definirme respecto a esta actitud).

Su autor afirma que cuando una persona religiosa dice cualquier cosa con mentalidad de que está diciendo una verdad, hay que pedirle una prueba. Aunque responda que esas preguntas obedecen al positivismo y a ser estrecho de mente, los humanos tenemos derecho a pedirnos explicaciones unos a otros. “Aunque no se suele pensar muy generalmente en este asunto, el escéptico y el incrédulo tienen evidentemente derecho a exigir ellos también que se les dé pruebas de una cierta civilidad y cortesía y que por ejemplo se abstengan de ofender su ausencia de certidumbres con manifestaciones ostentatorias y agresivas de creencias que consideran infundadas o indefendibles”. No justifican ni dan ninguna argumentación racional convincente de sus creencias, pero tachan a las demostraciones de impiedad religiosa como muestras de mal gusto y sondenunciadas, mientras que no se dan cuenta de que las procesiones religiosas, para los que no nos lo creemos, son una agresión, y una muestra de fanatismo y de superstición agresiva. Por razón de cortesía, no hago chistes de mal gusto ni ofensivas a las personas religiosas. Pero por qué el creyente no puede hacer lo mismo respecto a los no religiosos. “Son los racionalistas y los agnósticos mucho más que los creyentes que tienen razones serias y ocasiones innumerables de sentirse atacados y de tener el sentimiento de que se les hace guerra y que se les obliga a obedecer. No son ellos los que se niegan a dar pruebas, pero como se atreven a pedirlas, son acusados la mayor parte del tiempo de adoptar una actitud agresiva y ofensiva”.

Uno entiende la poesía como entiende los chistes. Cuando se explican ya no tienen gracia. Cuando un señor eso te lo cuenta como una teoría científica entonces dices: explíquemelo, por qué me tengo que creer eso. Y no es aceptable la respuesta común: “es usted un grosero”.

Valerí: “Acuérdense ustedes de que entre los hombres hay dos relaciones: la lógica o la guerra. Deben pedirse siempre pruebas porque la prueba es parte de una cortesía vital que nos debemos unos a otros. Si se rechaza, acuérdense de que usted está siendo atacado y de que se quiere hacerle obedecer por cualquier medio. Será atrapado por la dulzura o el encanto o la pasión, pero en último término le harán pensar sin haber meditado ni haber sopesado sus creencias”.

Hay una imposición en que una persona trate de hacer pasar como doctrinas científicas creencias que no argumenta porque tal argumentación no existe. A un niño puede afectarle esta forma de enseñar. ¿Esto no afecta a los niños? Ante una foto en la que se veían un niño judío, otro palestino, y otro cristiano jugando. Richard Dawkins afirmaba que es lo mismo que decir que un niño liberal, otro comunista y otro estructuralista juegan. Es una estupidez, pero es equivalente a lo anterior. Damos por hecho que los padres tienen derecho a crear a los hijos a su imagen y semejanza en relación con la religión. Esto supone un problema desde el punto de vista de la educación. Crea más problemas la existencia de la religión en la enseñanza.

LA FUNDAMENTACIÓN DE LA DEMOCRACIA: El actual papa es partidario de una fundamentación religiosa de la democracia, porque si no queda flotando. Ha encontrado pensadores alemanes que apoyan esta doctrina. La polémica de Habermas en torno el laicismo con el cardenal Ratzinger remite a Grocio. La sociedad humana, decía Grocio, debe funcionar como si Dios no existiera. No podía apelarse a la voluntad divina porque se daba cuenta de las contradicciones que podían surgir con los teólogos. Ratzinger encuentra apoyos al decir que la democracia debe funcionar como si todos creyéramos en Dios. Ustedes no creen, pero ¿a que sería útil que existiera Dios? En el libro La formación del estado como proceso de secularización, se afirma: “El estado liberal secularizado vive de propuestas que no puede garantizar. Este es el gran riesgo que asumimos en aras de la libertad”. Los presupuestos en cuento a la libertad y autonomía en los que se basa la sociedad liberal no se pueden justificar racionalmente. Si la libertad y la igualdad fueran dogmas de fe ya tendríamos la base del Estado. Esta propuesta es un tema a debate que ha implicado a intelectuales.

La situación es compleja; dejando a parte lo intolerable obvio y lo tolerable evidente, hay un ámbito de cosas en el terreno educativo y político en el que la cuestión de la tolerancia no es tan obvia.

La justificación teológica convierte a la constitución humana en un reflejo o trasunto segundo de la constitución celestial. La primera condena del papa a los derechos humanos en el siglo XVIII se basaba en que los derechos humanos conculcaban los derechos de Dios. Dar prioridad a los derechos humanos conculcaba el verdadero orden de las cosas.

Hay muchos sectores en Europa como Polonia, Italia o España en las que se pretende fundar la política en la religión. La teocracia asienta la democracia en algo indiscutible. Apelar a la ley natural aplicada a temas como la sexualidad es una provocación en una sociedad pluralista.

Hay una especie de conciliación de las dos leyes naturales: los religiosos que dicen que la ley natural procede de Dios; y los científicos que dicen que la ley natural viene de la evolución. Y ambos son enemigos de la libertad humana y de la moral porque la moral es lo que no puede ser determinado por una ley natural, porque en ese caso no es moral.

Toleramos lo tolerable. Hay cosas intolerables (delitos y crímenes). Pero en medio hay cosas que toleramos y aceptamos. Se dice por ejemplo que el Estado no es laico, sino aconfesional, porque admite todas las religiones. Y se da por sentado que es preferible tener una religión a no manifestar creencias religiosas. Cuando Bertrand Russell fue conducido a la cárcel por oponerse a la primera guerra mundial, el funcionario le preguntó por su religión. Contestó que agnóstico, a lo que el funcionario suspiró y afirmó: “Bueno, seguro que todas las religiones adoran al mismo Dios”. Si el Estado supone que en el fondo todo el mundo es creyente en una religión es ya una violación de la neutralidad.

RELIGIÓN, OPRESIÓN Y ESTADO: Humboldt, que no era un anticlerical, ya escribió: “Toda acción del estado en materia de religión, ya consista en dar protección a una religión determinada, o a partidos religiosos, o incluso a los sentimientos religiosos en general, transforma al Estado en una instancia más o menos opresiva. La opresión es mayor en el caso de la protección a una religión determinada, pero incluso cuando pretende favorecer el sentimiento religioso en general, el estado se interesa de hecho por una opinión determinada y se promete como meta asegurar la primacía de la creencia en Dios contra la incredulidad o el ateísmo”. Ya solamente con que el estado muestre preferencia porque haya alguna religión ya está actuando de manera opresiva.

En conclusión, la religión solo puede ser tolerada si es activamente criticada en cuanto abandona su papel poético y se pretende científica o política. Si hay una voluntad crítica de denunciar a la religión en cuanto abandona su nivel simbólico-poético para ocupar campos científicos y políticos; y entonces se le puede criticar en el plano educativo… entonces se hay una posibilidad de actuar de ese modo, se puede aceptar la religión. Lo que no se puede asumir es que esto forma parte de la libertad de conciencia, porque en la educación no existe la libertad de conciencia.

 

Conferencia celebrada dentro del curso “Democracia y Teocracia”, en la Universidad Rey Juán Carlos. Aranjuez, el 30 de Junio de 2008. Personalmente, yo ese día estaba a otra cosa :-)

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Visto en La media hostia

Artículo en la revista Letras Libres. ¿Es tolerable la tolerancia religiosa? Marzo 2009.

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